En marzo del 2017 el Congreso aprobó el uso medicinal del cannabis, en el que el aceite producido a partir de la planta de marihuana será administrado por primera vez bajo responsabilidad del Estado. En septiembre el gobierno reglamentó la ley parcialmente y ahora se realizará un ensayo clínico ideado y supervisado por el Hospital Garrahan.

Este lunes recibirá el aceite un paciente de 15 años y, en promedio, se incorporarán unos ocho chicos por mes al seguimiento coordinado por el hospital. En total, el ensayo prevé estudiar a al menos cincuenta pacientes en el Garrahan y a otros cincuenta en centros de salud de otras provincias.

Según explicaron las autoridades y quienes llevarán a cabo este ensayo, Roberto Caraballo -investigador jefe del protocolo que elaboró el ensayo clínico y jefe del Servicio de Neurología del Garraham- y Carlos Kambourian -presidente del Consejo de Administración del Garraham, se mostraron expectantes con los resultados de la utilización del cannabis. 

Roberto Caraballo, le dijo a Clarín que "La investigación dura dos años pero esperamos poder tener las primeras conclusiones sobre lo que ocurre con los chicos en marzo del año que viene.Tenemos esperanza", dice, y agrega: "Tenemos expectativa médica y científica, creemos que podemos ayudar a los pacientes".

Carlos Kambourian, presidente del Consejo de Administración del hospital, agrega a los dichos de Caraballo: "Creemos que este estudio puede contribuir a mejorar la calidad de vida de los chicos y de sus familias. Muchas veces, aunque no se detecte a simple vista, un chico epiléptico está convulsionando. Si podemos reducir el número diario de esas crisis estaremos mejorando su vida. Hay muchos papás y mamás esperando este estudio sobre un tratamiento que ya se probó en otras partes del mundo".

Hasta el momento,el Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis creado por la ley 27.350 sólo prevé el tratamiento con los derivados de esa planta a quienes padezcan epilepsia refractaria. Es por eso que esa será la patología de los pacientes de entre uno y dieciséis años que el Garrahan contemplará para el ensayo.

"La epilepsia refractaria es aquella que no manifestó ninguna respuesta ante ningún tratamiento, que puede ser farmacológico, quirúrgico o a través de alguna dieta. En esos casos, se probará con el uso de cannabis", describe Caraballo, y agrega: "En principio, se contemplarán las formas más severas dentro de las epilepsias refractarias". Según el especialista, en Argentina el 1% de la población pediátrica tiene epilepsia: son unos 120.000 chicos. El 20% de esos casos son de epilepsia refractaria.

"El aceite es provisto por un laboratorio canadiense, Aphria. Ya cumplió con los estándares exigidos por ANMAT. El compromiso es que, en los pacientes en los que arroje buenos resultados, el laboratorio los provea de por vida", explica Kambourian. Consultado por los costos que tendrá el ensayo clínico, el presidente del Consejo del Garrahan sostuvo que no cuenta con esa información. El presupuesto para 2019 que obtuvo media sanción la semana pasada en Diputados prevé 360.000 pesos anuales para "desarrollo en estudios e investigaciones del uso medicinal de la planta de cannabis".

El ensayo clínico en adultos que, según había anunciado el Estado, supervisaría el Hospital El Cruce aún no empezó. En agosto, en diálogo con Clarín, el titular del Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis, Diego Sarasola, había dicho al respecto: "Hubo una demora, está frenado pero se va a seguir trabajando".

El aceite que se implementará bajo supervisión del Garrahan, explica Caraballo, es rico en CBD, un cannabinoide no psicoactivo. Respecto de cuál es la respuesta química que se espera del CBD, el especialista sostiene: "Puede neutralizar neurotransmisores excitatorios o estimular a los inhibitorios para compensar las crisis convulsivas de los pacientes epilépticos. Esas crisis provocan deterioro cognitivo, conductual y motor. Si se logra neutralizarlas, el vuelco del paciente es impresionante porque se puede lograr que ese chico esté más alerta y más conectado, y eso impacta en su calidad de vida y en la de su familia".

El preparado derivado del cannabis será administrado dos veces por día a los chicos en sus casas. "Una vez al mes se harán análisis de sangre, un control clínico y una video-electroencefalografía. Cada tres meses, además, habrá un control neuro-psicológico para estudiar cambios conductuales. Se estudiará la efectividad, la tolerabilidad y la seguridad de este tratamiento, y el primer parámetro para eso es ver la cantidad y la frecuencia de las crisis convulsivas de los pacientes", explica Caraballo.Cada treinta días, además, podrá ajustarse la dosis que reciben los chicos.

Entre los posibles efectos adversos a los que prestarán atención los investigadores se cuentan que no aumenten sus crisis convulsivas, que el uso del aceite no deprima o excite a los chicos, y que no padezcan compromiso hepático ni complicaciones digestivas, como náuseas o diarrea.

"Esto no es sedar al chico ni drogarlo. Es un tratamiento serio y metodológico que ya se ha probado en distintos países del mundo. Hay que desterrar ese pensamiento y hacer un estudio en un hospital de referencia puede contribuir a ese fin", sostiene Kambourian.

Fuente: Clarín