El aumento de las temperaturas a nivel global y en particular en la zona de Yakutia, en Siberia, está deshaciendo el permafrost y revelando restos de animales que habitaron el lugar durante el Pleistoceno, es decir hace unos 40.000 años.

Es así que científicos rusos que buscaban mamuts encontraron lo que primero parecía la cabeza de un enorme oso y, analizándolo con más detalle, se reveló como la de un lobo gigantesco. La cabeza mide 40 centímetros.

El descubrimiento fue difundido esta semana por científicos rusos en el marco del encuentro internacional sobre mamuts que se celebra en Tokio, donde los participantes casi no pudieron dar crédito al hallazgo.