Cuando se menciona la inteligencia, muchas veces se asocia con personas dedicadas al estudio intenso o rodeadas de textos complejos. No obstante, la inteligencia artificial ha revelado una tendencia llamativa entre quienes poseen gran capacidad mental: un hábito discreto, cotidiano y fácil de adoptar, que favorece la salud, estimula la creatividad y fortalece la toma de decisiones. 

Este sencillo acto no solo despeja la mente, sino que también incrementa notablemente la lucidez y el pensamiento estratégico.

Qué hábito saludable es el que más realizan las personas con coeficiente intelectual alto

Aunque investigar, estudiar o leer siguen siendo pilares fundamentales del crecimiento intelectual, muchas de las personas más lúcidas y creativas coinciden en incorporar un hábito distinto que también favorece la salud: dedicar unos minutos diarios al silencio absoluto. Este momento libre de pantallas, pendientes o ruidos externos ofrece un descanso necesario para el cuerpo y la mente.

Según la inteligencia artificial de ChatGPT, que fue entrenada con una enorme base de datos que incluye entrevistas, biografías y perfiles de figuras influyentes, este ritual es común entre personalidades como Nikola Tesla, Steve Jobs o Albert Einstein. Todos ellos practicaban pausas introspectivas donde se desconectaban del entorno para dejar fluir sus pensamientos y generar ideas innovadoras.

A diferencia de prácticas estructuradas como la meditación formal, este tipo de pausa no requiere técnicas específicas. Es simplemente un acto consciente de detenerse y observar el pensamiento sin juzgar, facilitando una reconfiguración profunda del proceso mental.

Desde el campo de la neurociencia, existen evidencias del impacto positivo del silencio en la actividad cerebral. Una investigación realizada en 2013 por la científica Imke Kirste, en la Universidad de Duke, mostró que ratones expuestos a dos horas diarias de silencio desarrollaban nuevas neuronas en el hipocampo, una región clave para la memoria y el aprendizaje. Este fenómeno, conocido como neurogénesis, sugiere que el silencio podría también estimular el crecimiento cerebral en humanos, fortaleciendo habilidades como la retención, el análisis y la comprensión.

Además, al activar áreas cerebrales vinculadas con la creatividad y la resolución de problemas, el silencio potencia la aparición de ideas originales y conexiones inesperadas. Es precisamente en esos momentos de quietud cuando se fortalece el pensamiento reflexivo y profundo, libre de estímulos inmediatos.

La IA resalta que las personas verdaderamente inteligentes no se definen por la cantidad de información que absorben, sino por su capacidad de procesarla y comprenderla. Y para ello, es esencial detenerse, filtrar y permitir que la mente ordene lo aprendido.

Este sencillo ejercicio no solo optimiza el funcionamiento cognitivo, sino que también contribuye a reducir la ansiedad, mejorar la concentración y generar una mayor estabilidad emocional frente al estrés cotidiano.

Lo mejor de este hábito es que está al alcance de todos y no requiere experiencia previa ni herramientas especiales. Para comenzar, basta con seguir estos pasos:

  • Elegí un espacio donde no te interrumpan.
  • Sentate en silencio durante cinco minutos. Evitá mirar el celular o realizar otras tareas.
  • Observá tus pensamientos sin intervenir. Solo dejá que pasen.
  • Si tu mente se dispersa, volvés al presente con suavidad.

Con práctica constante, este ejercicio puede convertirse en una fuente diaria de claridad mental, bienestar y creatividad.