Parques y veredas llenas de colillas de cigarrillo siguen siendo un problema de grandes ciudades a pesar de campañas de concientización, ceniceros comunitarios y abultadas multas. 

Sin embargo, ahora una pequeña compañía holandesa busca atacar el problema de la irresponsabilidad humana con una solución amigable para el medio ambiente. 

Quieren entrenar a cuervos para que se encarguen de recoger las colillas de cigarrillos y que reciban comida a cambio. La idea es de CrowdedCities, como se llama esta startup, y apuntan a aprovechar la inteligencia de estos pájaros que es comparada a la de los primates y a la de un bebé humano de hasta tres años.  

En algunas ciudades, se les ha visto a los cuervos aprender a depositar frutos secos en las sendas peatonales para que los coches rompan la cáscara y poder recoger su interior durante el tiempo que el semáforo corta la circulación.

La idea es utilizar cuervos que ya habiten en zonas urbanas para evitar un descalabro en el ecosistema aunque muchos plantean que puede ocasionar un desbalance en sus comportamientos. También se teme que los elementos tóxicos de las colillas, como la nicotina, los afecte o vuelva adictos a la mismas.