Esta semana, el jefe de Gabinete anunciaba que "en la Argentina se han detectado en las últimas semanas y hasta el momento dos casos probables de pacientes con el virus Chikungunya, y otros dos sospechosos que no tienen (estudios de) laboratorio".

La fiebre Chikungunya es causada por el virus del mismo nombre (CHIKV) y el alerta en el país fue dada a partir de casos importados de la enfermedad, aunque Jorge Capitanich aseguraba que no se trata de una enfermedad que "esté circulando por el país".

Hasta el momento no existe cura a la enfermedad, que produce dolores articulares fuertes, a menudo invalidantes y persistentes. Si bien raramente es mortal, exige atención médica. La clave es la prevención eliminando todo objeto que acumule agua y que permita la reproducción del agente transmisor; como ocurre con el mosquito del dengue.

Ahora, científicos estadounidenses se muestran optimistas con las pruebas de un antídoto experimental contra el virus, que se realizaron con 25 voluntarios, sin que estos sufrieran efectos secundarios preocupantes.

"Creemos que es una vacuna muy prometedora debido a lo bien que fue tolerada y por cómo fortaleció sus respuestas inmunes", dijo la directora del estudio, Julie Ledgerwood, miembro del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.

El origen de la denominación del virus viene de la lengua africana makonde, que quiere decir "doblarse por el dolor". Este virus fue detectado por primera vez en Tanzania en 1952.

A partir de 2004, ha habido brotes intensos y extensos en África, las islas del Océano Índico, la región del Pacífico, incluyendo Australia y el sudeste asiático (India, Indonesia, Birmania, Maldivas, Sri Lanka y Tailandia), aunque también está presente desde Estados Unidos hasta el norte de la Argentina.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), no obstante, aclaró que el Chikungunya no se transmite por abrazos, besos, por los alimentos o por el aire que respiramos por lo que no es posible la transmisión de persona a persona. Como quedó dicho, el virus necesita un vector –un medio de transporte– que en su caso es el mosquito Aedes aegypti.