Los habitantes de Skegness, una ciudad del distrito de Lincolnshire, en el centro-este de Inglaterra, fueron sorprendidos el domingo, cuando se encontraron frente a cuatro ballenas muertas que aparecieron en sus playas.

Las ballenas que se encuentran habitualmente en esa región pueden medir hasta veinte metros de largo y pesar más de 50 toneladas, y los ejemplares hallados en Skegness "murieron en el mar y después quedaron varadas en la arena".

Así lo indicó Peter Evans, director de la Seawatch Foundation, indicando que los ejemplares podrían formar parte del mismo grupo de otro doce encontrados muertos este mes en otros países de la región: seis en Holanda y seis en Alemania.

Lo que no se determinaron todavía son las causas de la muerte de los cetáceos en el mar, luego de lo cual fueron llevados por la marea hasta diferentes playas europeas.