Eduardo Rodríguez Chirillo, el secretario de Energía del gobierno de Javier Milei, parece un estudiante secundario que, en el medio de un examen oral, reconoce que no tuvo tiempo para estudiar o que el perro le comió la tarea.

Su trabajo no era tan difícil, tenía que ir a la comisión del Congreso a contestar preguntas y explicar por qué la Cámara Alta debería darle el visto bueno al proyecto que ya tiene la media sanción de Diputados.

Pero González Chirillo debe haber pensado que era un trámite y ni siquiera fue capaz de leer el proyecto en su totalidad, cosa que quedó al descubierto cuando comenzaron las preguntas y debió reconocer que estaba leyendo el proyecto en ese momento, por lo que obviamente no tenía las repuestas a las preguntas de los Senadores.

Cuando parecería que el Gobierno quiere que se le apruebe este paquete de leyes que van en contra de los trabajadores mandan a un tipo que claramente no está preparado, haciendo otro papelón y mostrando su nivel de improvisación para gobernar.