Diego Brancatelli tiró un frase que resume todo el tema: “Ni Menem se animó a tanto”. Y es que a pesar de que el riojano se daba la gran vida mientras vendía todas las empresas del Estado, ni él se había animado a gastar plata en algo tan banal como climatizar la pileta de la Quinta de Olivos, según dieron por confirmado desde Argenzuela.

Tal vez los 4 o 5 perros del mandatario quieren hacer uso de la piscina y en invierno el agua está demasiado fresca para los canes y por eso decidieron hacer esta obra innecesaria.

El tema es que en este contexto el gastar dinero del Estado para esta obra mas que innecesario es un burla al pueblo.