Más allá del exorbitante tamaño del juguete sexual, la acción del hábil ladrón pasó desapercibida por las trabajadoras del lugar. El hombre se acercó al consolador gigante, se lo apoyó sobre su hombro y se retiró del lugar con total tranquilidad. 

Después de varias horas, el encargado del lugar se dio cuenta que faltaba el objeto y tras revisar distintos sectores, decidió recurrir a las grabaciones de seguridad donde pudo detectar el robo.

El mismo sex shop viralizó las imágenes y hasta ofreció una recompensa, ya que hay faltantes de consoladores gigantes en el mercado, aunque por el tamaño algunos dudan de si realmente se trata de un juguete sexual o de una escultura.