El incidente tuvo lugar en la ciudad rusa de San Petersburgo cuando un hombre decidió vengarse de la que era su mujer de una manera bastante particular. 

Según medios locales el conflicto en la pareja llegó a un límite cuando la mujer accedió a cambiarse el apellido de casada por el de la marca de un supermercado para obtener unos 50 mil rublos al mes (casi 900 dólares) por un año. 

El hombre, visiblemente enojado, no tuvo mejor idea que - como en los dibujos animados- llenar el auto de su exesposa con concreto.