Un descarado hombre, que afirma amar a su esposa, la estaba engañando con su mejor amiga en un albergue transitorio. Pero la noche no salió redonda para el infiel. Para su desgracia, él y su amante quedaron abotonados en medio del acto sexual.

Tras estar tres horas enganchados, desesperado, el hombre no tuvo más ingeniosa idea que llamar ¡a su esposa! para pedirle ayuda.

Este particular caso fue tratado en un programa de televisión similar al del juez D’Alessandro. En el mismo, estuvieron presentes los tres protagonistas que se defendieron y dieron su propia versión de los hechos.

Luego de dichas declaraciones, llegó el turno de hablar de la jueza, quien dio un polémico fallo al respecto.