La joven Cindy Kim, que trabaja en el almacén de sus padres, ubicado en Toronto, Canadá, notó que los caramelos y las barras de chocolate fueron desapareciendo en el transcurso de los últimos cinco años y estaba convencida de que se trataba de un ladrón. Finalmente, un día logró captar con su cámara al responsable de todo: una ardilla.

Kim explicó que todo comenzó cuando a su padre se le dio por alimentar a las aves afuera de la tienda y a dejar algunas semillas para las ardillas. “Supongo que solían venir a nuestra tienda por comida, pero las semillas no duran para siempre, por lo que creo que empezaron a robarnos”, dijo la joven.

“Si pensaron que fue un alivio descubrir que no era un humano el que nos robaba, están equivocados. Las ardillas son muy difíciles de atrapar”, concluyó.