Gracias a la maquinaria que se utiliza en las obras de construcción, este oso pardo pudo volver a ver la luz del sol. Los trabajadores se vieron sorprendidos cuando, mientras el martillo neumático derribaba una pared cubierta por la tierra.

Aunque no se sabe cuánto tiempo estuvo allí esta bestia del mundo salvaje, la suerte lo acompañó y la tarea de levantar un techo en ese lugar, le devolvió su libertad.