No son pocas las personas que, para no pagar boleto, se trepan en la parte de atrás de los colectivos, tomándose de la tapa del portón trasero y colocando los pies sobre el guardabarros. 

El hábito no se ve es peligroso, sino que además, lo es. Eso comprobó un cartonero, que llevó el modo de traslado al extremo, cuando decidió, además de treparse al ómnibus, sostener con la otra mano el carrito que utiliza para recolectar objetos.

Desde un auto, una persona filmó la proeza que no fue tal, ya que al intentar bajarse perdió el control y casi termina siendo atropellado por su propio carro.