Santiago Gabriel Luna es un joven de 25 años que vive en Mar del Plata con muchos problemas de salud que lo llevan a tener la mitad del cuerpo paralizado. 

El joven se sometió a 51 cirugías, tiene epilepsia, se transplantó el riñón, sufrió dos ACV, es electrodependiente y también inmunocomprometido, lo que significa que la capacidad del organismo para combatir las infecciones se encuentra debilitada o reducida. 

"Hasta un resfrío lo puede matar", afirmó Julieta, su mamá, quien habló con el diario El Editor Platense, quienes exhibieron esta historia en plena época de ajuste macrista. 

La mujer contó que él está con internación domiciliaria conectado a un respirador artificial las 24hs., dependiendo todo el día de una persona que lo acompañe, y con la visita diaria de kinesiólogos, fonoaudiólogas y una terapista ocupacional. Pero hay momentos que necesita ser trasladado a la clínica. 

Toma 12 medicamentos, 2 inyectables, el resto tiene que ser molido porque sufrió una reconstrucción de su estómago y está aprendiendo a comer de nuevo. Pero el IOMA que cubría el traslado, ahora se lo quitó por una deuda con los proveedores que hizo que la empresa que lo llevaba le sacara el servicio. 

En esas condiciones tiene que trasladarse en su silla de ruedas motorizada, no menos de tres veces por semana, unas 50 cuadras hasta la clínica donde lo atienden los médicos. 

"No cuenta con traslado hacia el Hospital que lo trata porque IOMA no les paga a los proveedores, entonces la empresa no presta el servicio. Por tal motivo, tuvo que suspender dos turnos que tenía esta semana y los pasó a la semana entrante", apuntó Julieta, y agregó: "El recorrido es de casi 50 cuadras hacia la Clínica Colón que le hace el tratamiento, lo hizo muchas veces, pero no puede ser que esto siga así...".

Víctima de la crisis: así este joven con múltiples discapacidades tiene que trasladarse para atenderse

LA NECESIDAD DE MUDARSE

La urgencia que tiene Julieta hoy en día es, además del traslado del que IOMA debería hacerse responsable, la necesidad de mudarse; vive en un departamento chico donde no entra la cama ortopédica que necesita Santiago, pero no cuenta con los medios para alquilar. Consiguieron un lugar acorde, con la autorización del infectólogo, donde podrían vivir todos, pero sale $10.000 mensuales, dinero con el que no cuenta Julieta.

Con Santiago también viven Victoria (17) que tiene escoliosis y epilepsia y Nicolás (12) que padece hipertiroidismo y escoliosis deformativa.

Cualquier ayuda, los lectores pueden comunicarse con nuestro WhatsApp 221 612 4347 para hacer el puente con Julieta.