Esta plaga está causando estragos en la Costa Atlántica, sobre todo en las localidades de Villa Gesell y Pinamar, donde meterse al agua parece ser todo un desafío para los turistas.

Se trata de las 'tapiocas', unas especie de aguas vivas imperceptibles a simple vista, pero que al tomar contacto con la piel dejan sus marcas. Y duele.

Lo que las atrae es el viento del norte, un viento que es del continente hacia el mar, que casualmente estuvo presente en los mejores días de la semana pasada.

Por esa razón, se vio a varios bañistas salir del agua inmediatamente, y con 37 grados de calor, el mar estaba prácticamente vacío de personas.

De hecho se llegaron a ver largas colas en las duchas de los paradores, que eran la única salvación de los turistas para refrescarse a raíz de las altas temperaturas.

Según explicó Pablo, un guardavidas de Cariló a Infobae: "Las tapiocas se acercan a la costa cuando hay viento continental. Cuando rota el viento y viene del sur desaparecen pero apenas vuelve a cambiar la dirección regresan".

El nombre científico de la tapioca es Liriope tetraphylla, mide menos de un centímetro de diámetro y es prácticamente invisible ya que el 95% de su organismo es agua.

"Se reproducen muy rápidamente y no hay solución alguna, depende del cambio de marea y viento", explicó Jennifer Pezzo, de la Fundación Ecológica Pinamar.

Según explican los expertos no hay mucho por hacer más que aguantarse el ardor, que se va al cabo de unas horas. Aunque cada uno tiene una solución para calmarlo: algunos agua dulce, otros amoníaco, otros vinagre.