Marisol Belén Miranday tiene 24 años, vive en Merlo y había visto a su padre por última vez a los pocos meses de vida. No obstante gracias al poder de las nueva tecnologías pudo reencontrarse con él y retomar su relación.
Marisol habría creado hace dos años una página de facebook dedicada a la búsqueda de su padre biológico, Marciano González, de nacionalidad paraguaya. "Cuando mi papá se contactó conmigo sentí una alegría enorme y quedamos en poder vernos, pero todo se fue postergando. Incluso me encontré antes con mi hermana Gisella (hija por parte de padre), que vive en Monte Grande y varias veces fui a su casa", relató Marisol.
Junto a su hermana programaron el esperado encuentro que se concretó el 14 de febrero pasado. "Le pedí a mi hermana que me fuera a buscar a la esquina, porque estaba muy nerviosa y no podía entrar a la casa de ella. Él me estaba esperando y cuando lo vi sentí una emoción terrible", contó Marisol.
"Mi papá adoptivo me dio el apellido y me crió como su hija, pero yo necesitaba saber quién era mi papá, cual era mi verdadera identidad", contó.
Luego del encuentro Marisol agradeció a todos por el apoyo recibido y dejó un mensaje para todas aquellas personas que estaban en su situación y buscan a algún familiar: "Les pido que crean, que es posible el milagro. Pero tienen que animarse, no pierden nada y deben tener mucha fe. Aunque sientan  que se les cae todo, sigan adelante y luchen por su sueño que lo van a lograr".

Marisol Belén Miranday tiene 24 años, vive en Merlo y había visto a su padre por última vez a los pocos meses de vida. No obstante gracias al poder de las nueva tecnologías pudo reencontrarse con él y retomar su relación.

Marisol habría creado hace dos años una página de facebook dedicada a la búsqueda de su padre biológico, Marciano González, de nacionalidad paraguaya. "Cuando mi papá se contactó conmigo sentí una alegría enorme y quedamos en poder vernos, pero todo se fue postergando. Incluso me encontré antes con mi hermana Gisella (hija por parte de padre), que vive en Monte Grande y varias veces fui a su casa", relató Marisol.

Junto a su hermana programaron el esperado encuentro que se concretó el 14 de febrero pasado. "Le pedí a mi hermana que me fuera a buscar a la esquina, porque estaba muy nerviosa y no podía entrar a la casa de ella. Él me estaba esperando y cuando lo vi sentí una emoción terrible", contó Marisol.

"Mi papá adoptivo me dio el apellido y me crió como su hija, pero yo necesitaba saber quién era mi papá, cual era mi verdadera identidad", relatóó.

Luego del encuentro Marisol agradeció a todos por el apoyo recibido y dejó un mensaje para todas aquellas personas que estaban en su situación y buscan a algún familiar: "Les pido que crean, que es posible el milagro. Pero tienen que animarse, no pierden nada y deben tener mucha fe. Aunque sientan  que se les cae todo, sigan adelante y luchen por su sueño que lo van a lograr".