Antonio Bonfatti designó a un nuevo jefe policial -con todo lo que esto implica en una provincia que tuvo a sus principales jefes policiales condenados por pertenecer a redes criminales- y desató un nuevo escándalo en Santa Fe.

Juan Pablo Garro, quien ahora es extitular de la fuerza en sólo seis días, estuvo investigado en 2006 por conductas discriminatorias, luego de la denuncia de un subalterno.

Cuando se allanó su despacho, se encontraron varios símbolos nazis, incluso, se halló un cuadro con una esvástica, que el implicado argumentó que había sido un regalo y que "sólo lo había conservado".

En un buen informe de CN23, el diputado santafesino, Héctor Acuña, expresó: "Después de Tognolli el Gobierno prometió ser responsable en sus designaciones. Lo que subyace es un Gobierno que ni siquiera lee los legajos de los funcionarios que designa".

Muchos organismos de derechos humanos como el INADI y la agrupación H.I.J.O.S expresaron su repudio y pidieron a Bonfatti que cambie de idea y finalmente decidió hacerlo.

Aunque resulta increíble que un gobierno designe a una persona de estas características en un cargo tan importante y, a la semana, termine por expulsarla al darse cuenta de su error.

Acuña, sentenció: "El Gobierno de Santa Fe está signado por el nacotráfico y la narcocriminalidad. No quieren terminar con el flagelo del narcotráfico. Las cosas que suceden no podrían pasar con un control extremo sobre las fuerzas de seguridad provinciales".