Sucedió la semana pasada pero tomó estado público por estas horas: Uber, empresa semiclandestina de remises, tiene otra denuncia sobre sus hombros, la de una joven que se tiró de uno de los vehículos y sufrió lesiones graves en el cráneo.

Durante la madrugada, la chica de 23 años estaba en la zona de Palermo Hollywood junto a dos amigas y al terminar la reunión decidió llamar a Uber para pedir un remís y volver a su domicilio.

Al ascender al auto, le habló al chofer pero no recibió ningún tipo de respuesta; insistió con dirigirle la palabra al hombre pero todo fue infructuoso: durante varias cuadras, no respondió a sus reclamos.

De manera que la situación se volvió preocupante para lo joven, quien temiendo lo peor decidió bajarse del vehículo en movimiento. En efecto, abrió la puerta y saltó del coche, lo que le causó fractura de cráneo y debió permanecer internada con cuidados médicos durante más de una semana.

Formulada la denuncia, se comprobó que el conductor era hipoacúsico, razón por la cual no respondía a la pasajera. Lo cual, vale advertir, es un impedimento legal para obtener el registro profesional de conductor exigido para el transporte de pasajeros.