Gino Tubaro de 22 años revolucionó el mundo de la tecnología a partir de su desarrollo de prótesis plásticas, fabricadas con impresoras 3D a bajo costo. Ahora llevó una iniciativa para combinar su tecnología con tareas de reinserción laboral y solidaridad.

El joven científico brindó un taller de capacitación en la utilización de las herramientas tecnológicas para fabricar prótesis a bajo costo. Fue un grupo de 9 internas del penal de Ezeiza las que hicieron realidad una prótesis para Tobías, un nene de Pehuajó al que le faltaba una de sus manos.

A lo largo de cinco meses, las internas aprendieron el proceso digital y la utilización de las impresoras 3D para concretar la pieza que necesitaba Tobías.

También finalizaron una prótesis para un abuelo de 80 años que pronto le llegará a su beneficiario, lo que demuestra el éxito y la eficacia del taller, que le permite a varias mujeres que están cerca de recuperar su libertad obtener el conocimiento tecnológico e involucrarse en la ayuda desinteresada.