Luego de que se comprabara que los padres eran fumadores empedernidos y que el pequeño tenía problemas respiratorios que lo obligaban a usar un inhalador de forma permanente, la justicia realizó un fallo inédito.

La inspectora de salud involucrada en el caso, Julie Allen, le dijo a la corte que dentro de la vivienda había tanto humo de cigarrillo que incluso a ella le costaba respirar cuando la visitaba, según informó la BBC.

El testimonio de Allen fue clave en la sentencia al contar como las pertenencias del menor siempre  "apestaban" a humo de tabaco en un ambiente donde en el suelo podían verse colillas de cigarrillos de manera constante.

El consumo excesivo de tabaco en frente del pequeño fue sólo uno de los problemas considerados, ya que también había problemas con las instalaciones eléctricas y consumo de drogas.

"Lamentablemente todos esos temas me llevan a la conclusión difícil pero inevitable de que los riesgos de permanecer con sus padres son demasiado grandes", dijo la jueza.

"Quiero (que el niño) sepa que a mi juicio sus padres lo querían mucho e hicieron un esfuerzo, simplemente no estaban en capacidad de atender sus necesidades", puede leerse en su fallo.