Mientras en el piso trataban de convencer al actor de que el juez Martínez Di Giorgi le pedía explicaciones a la supuesta responsable por el dinero de la fundación Sueños Compartidos, y no a ''la luchadora por los Derechos Humanos''. Una diferenciación irrespetuosa, teniendo en cuenta que son la misma persona. 

Romano acusó al magistrado de querer ''llevarse por delante a una mujer que tuvo los huevos y la grandeza de luchar por la democracia". El actor se auto diferenció de los presentes, solamente por su edad y por haber vivido de cerca los años más oscuros de la Argentina. También celebró la predisposición de los abogados defensores, que consiguieron hacer entrar en razón a los responsables de un show mediático.