Durante la homilía que encabezó en la Basílica de San Pedro por la celebración de los cuatro días de Pascuas, Francisco habló de la "alegría sacerdotal" y explicó "que ayuda en los momentos de apatía y tristeza que sobrevienen en la vida sacerdotal".

En ese sentido, en un mensaje con más tintes religiosos que social, el Papa reafirmó el valor del celibato y les pidió a los sacerdotes "una renovada fidelidad a su única novia, la Iglesia".

"Incluso en los momentos de tristeza, en los que todo parece ensombrecerse y el vértigo del aislamiento nos seduce, esos momentos apáticos y aburridos que a veces nos sobrevienen en la vida sacerdotal (y por los que también yo he pasado), aún en esos momentos el pueblo de Dios es capaz de custodiar la alegría, es capaz de protegerte, de abrazarte, de ayudarte a abrir el corazón y reencontrar una renovada alegría", dijo el Sumo Pontífice.

El Papa participará más tarde del tradicional lavado de pies a enfermos y minusválidos, ceremonia que recuerda el gesto de Jesús en su última cena. Este año, Francisco eligió para el acto a internos del Centro para Discapacitados Santa María de la Providencia.