La imagen: una niña de nueve años desnuda se aleja de las bombas de napalm durante la guerra de Vietnam, con el rostro cubierto de lágrimas. La fotografía de 1972, que ganó el premio Pulitzer, se ha usado incontables veces desde entonces para ilustrar los horrores de los conflictos armados modernos.

Sin embargo, para Facebook la imagen de la niña, Phan Thi Kim Phuc, violaba sus estándares de desnudez. Así que después de que un autor noruego publicó imágenes sobre el horror de la guerra e incluyó la mencionada foto en Facebook, la empresa la eliminó.

Eso desató una fuerte reacción respecto de la manera en la que Facebook censura imágenes. Cuando un diario noruego llamado Aftenposten protestó por considerar injusta la eliminación de la foto, miles de personas en todo el mundo respondieron  con un acto de desobediencia civil virtual publicando la imagen de Phuc en sus muros y, en algunos casos, retando a la empresa a tomar acción. Unas horas después del contraataque, Facebook aceptó la foto.

“Normalmente se asumiría que la foto de una niña desnuda viola los estándares de nuestra comunidad, y en algunos países incluso puede calificarse de pornografía infantil”, se lee en una declaración hecha por Facebook. “En este caso, reconocemos la historia y la importancia mundial de esta imagen para documentar un momento específico de la historia”.

El año pasado, Facebook también tuvo que hacer una revisión de los estándares de la comunidad después de que se eliminaron fotos de mujeres que amamantaban de sus muros de Facebook.

La influencia editorial de Facebook va más allá de los Temas actuales. La empresa, que tiene 1,71 mil millones de miembros en todo el mundo, continuamente afina y actualiza los algoritmos que controlan la sección de noticias, el flujo de actualizaciones de estado, artículos noticiosos, fotos y videos que es donde la mayoría de los usuarios pasa el mayor tiempo. Esos cambios afectan el tipo de contenido que la gente ve más a menudo (fotos de amigos y familia, por ejemplo, en lugar de noticias), lo que puede tener un efecto sobre lo que la gente comparte en la red.

Fuente: New York Times