Una noticia que alarma comenzó a correr esta semana: el característico yaguareté podría desaparecer de las yungas argentinas en los próximos 50 años. Quedan apenas 47 ejemplares. Pero eso no es todo, la ranita del pehuenche mendocina también se encuentra en peligro por las sequías, y el cauquén colorado por las prácticas de caza. Estas cuatro especies, junto al venado de las pampas y a la mojarra desnuda, son las más amenazadas del territorio.

Al parecer la pérdida del hábitat y la fragmentación de los ecosistemas son las principales amenazas para la conservación de la biodiversidad y en particular de estas especies. A raíz de esta cuestión, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación lanzó el programa Extinción Cero, que trabajará con las especies en peligro y se enfocará en la educación.

"La conservación es una herramienta del desarrollo sustentable. El 95% de la población del yaguareté está diezmada. Por eso, es necesario aplicar una política de Estado que estaba prevista desde 2004, pero nunca se instrumentó", indicó el ministro de Ambiente, Sergio Bergman.

Los especialistas coinciden en que es "bueno" poner en agenda la temática de la conservación, aunque no es la solución real ya que puede ser sólo una política aislada. "La primera herramienta de conservación de la biodiversidad es el inventario, saber qué es lo que vos tenés. En la Argentina este año no tenemos inventario nacional de biodiversidad. Después, en un segundo paso, podés categorizar qué es lo que está más en peligro y operar sobre eso. El gran escenario lo definen dos ejes: crear nuevas áreas protegidas sobre todo en ecorregiones no protegidas, y el otro gran eje es cómo trabajamos en esas zonas", indicó Claudio Bertonatti, museólogo naturalista con una extensa carrera en la conservación de especies al diario La Nación.

El país tiene hoy unos 35 millones de hectáreas protegidas, ergo el 12% del territorio. "El gran partido se juega afuera; qué hacés con el 88%, porque si lo destruís, la protección se desmorona. Las grandes decisiones ambientales no las toma Ambiente, sino que se toman en el Ministerio de Energía y Minería y en el de Agroindustria. Eso es lo más crítico. Es muy difícil así tener un plan en serio y no caer en medidas casi anecdóticas", explicó Bertonatti.

Para evitar o subsanar toda esta cuestión, Banco de Bosques desarrolló, junto a la agencia Wunderman BA, la aplicación Ecoalarm, que, con sonidos del Impenetrable Chaqueño, la Selva Misionera y el Bosque Andino Patagónico, funciona como un despertador. Cada vez que suena alguno de los 9 temas, la aplicación de música Spotify le paga las regalías a la Fundación. Se puede descargar en Google Play Store.

El yaguareté es una de las especies que está a punto de extinguirse en Argentina