Por lo menos sabemos que no se trató de una obra divina. La primera Copa Libertadores en la historia de San Lorenzo no fue producto de las plegarias del Papa argentino.

"¿Milagro? Noooo", respondió el pontífice a diez mil metros de altura, en una conferencia de prensa en medio del vuelo que lo traía de vuelta desde Corea.

"Es una buena noticia después del segundo puesto de Brasil", celebró el papa Francisco, evidentemente tocado en sus fibras más íntimas.

El Papa sanlorencista relató que se enteró del triunfo cuando estaba en Seúl -de hecho, acababa de aterrizar a la capital de Corea del Sur-, y las imágenes que transmitió a los periodistas sobrevolaron su infancia en el club: "Para mí San Lorenzo era el equipo de la familia. Mi papá jugaba en el equipo de básquet. De chicos también mamá venía con nosotros al Gasómetro. Me acuerdo el equipo del 46, un equipo brillante era San Lorenzo. Lo vivo con alegría".

"¿Se sabe que el miércoles vienen? Que vengan, es una audiencia pública", reconoció sobre la visita que ya emprendieron los jugadores que cayeron frente a Racing por el torneo local, el domingo.