La última estadística del Registro Civil (que depende del Ministerio de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) dice que el 30% de las parejas anotadas para casarse no se presentan.

Antes no había elección, las parejas se casaban y todos sus bienes eran gananciales, de los dos; ahora las parejas están obligadas a optar por el régimen tradicional o por la convención matrimonial. Esta última modalidad (artículo 446 del Nuevo código Civil), permite que cada uno conserve los bienes propios y sus usufructos.

Y si bien el Nuevo Código está por cumplir un año (1 de agosto), un relevamiento expone que aún muchas parejas no saben que esto es así, y descubren en el Registro, cuando un empleado, al recibir sus documentos y los de los testigos, les explica que tienen que elegir una opción y volver con la decisión tomada 72 horas antes del casamiento.

Las parejas se van con esta tarea para el hogar, y al parecer, lejos de allanar el camino de futuras controversias genera grandes peleas. Al punto tal que la decisión que terminan tomando es la de no casarse.

Los que eligen la opción de la convención matrimonial, es decir, la división de bienes, deben hacerlo ante un escribano público. "No conozco a nadie que lo haya hecho. La realidad es que no se hace. La gente lo irá incorporando lentamente. Es extraño, porque parecía que poder separar los bienes desde el principio iba a solucionar futuros problemas económicos, pero es al revés, se ve como un obstáculo", explicó Carlos Allende, presidente del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires.

(fuente Minutouno)