La próxima semana, todos los niños del país de 3° y 6° grado de primaria y 3° y 5° año de secundaria  de escuelas privadas y públicas deberán realizar- según lo estipulado por el gobierno nacional-  una prueba de "múltiple choice” en el marco del "Operativo aprender". 

Este sistema es llamado de "evaluación externa”, ya que lo planifican empresas que nada tienen que ver con el ministerio de educación y que entra en sintonía con el giro empresarial del gobierno de Mauricio Macri. 

El sistema de "múltiple choice" es criticado por docentes y especialistas ya que "destruye el objetivo pedagógico de que los alumnos entiendan, razonen, analicen y saquen conclusiones propias sobre los contenidos que se enseñan. Al contrario, ya han llegado a escuelas ejercicios preparatorios y con la intención de que a los niños no les vaya mal, se han dejado de lado los planes de estudio habituales para ´entrenarlos`".

Las preguntas para "evaluar el estado de la situación educativa actual" incluyen ejemplo como: "El fruto de una planta siempre contiene semillas. ¿Cuál de éstas no es un fruto? A- Naranja; B- Calabaza; C- Manzana; D- Apio”.

Además intentan poner  un "ranking” de escuelas, calificándolas de 1°, 2° y 3° categoría generando una discriminación y estigmatización entre los alumnos de acuerdo al establecimiento que asistan. 

Natalia Stoppani, profesora en Ciencia Política y Coordinadora del Departamento de Educación del CCC Floreal Gorini, publicó en Página 12 un editorial en el que rechazó esta visión y propuesta tecnocrática sobre la educación.

"Nos preguntamos cuáles son los fundamentos pedagógicos y estadísticos para sustentar esta evaluación, cuáles son los argumentos para hacerla de éste modo y cuál es el objetivo que subyace a esta prueba estandarizada y uniforme", reflexiona Stoppani y remarca que este tipo de actitud por parte del gobierno nacional: "Supone una descalificación a lo existente, pues se deja entrever que antes no se evaluaba, antes no se hacía nada y nosotros, con el fin de la transparencia y la mejora de la calidad educativa, ahora, por fin , cada quién tendrá lo que se merece".

Esta práctica de "evaluación educativa" ya se realiza en  países como México, Chile y Brasil donde lo que se prima son los intereses educativos en pos de la ideología de empresa y de un mundo de incertidumbre laboral.