Este martes, miles de personas marcharon desde el Congreso hacia el Ministerio de Educación "en defensa de la educación y la universidad públicas", cuyos trabajadores están siendo víctimas del disciplinamiento salarial que intenta imponer la gestión macrista.

Mientras los gremios docentes reclaman un incremento salarial del 35 por ciento -calculan que en 2016 se perdió el 10 por ciento, y que la inflación de 2017 superaría incluso el 25 por ciento- el Gobierno lleva siete reuniones negándose a romper el techo del 20 por ciento que intenta marcar como techa para las demás negociaciones paritarias.

La comunidad educativa universitaria lleva más de 20 días de paro en reclamo de la recomposición de los sueldos, en una maniobra oficial que oculta varias aristas: concretar paritarias ejemplificadoras, desjerarquizar la profesión universitaria, debilitar el desarrollo de la vida académica y golpear la decisión de la amyoría de los estudiantes, esos que eligen la universidad pública.