Existen muchos empleados que trabajan fuera de los horarios habituales, y por lo tanto, deben modificar ciertos hábitos como el sueño, la comida o el estilo de vida, lo que puede derivar en algunos problemas de salud.

No se trata solo de los turnos nocturnos, sino también aquellos que suelen comenzar sus labores por la tarde, extendiéndose hacia la medianoche; o que empiezan su jornada en la madrugada. Ni hablar, por supuesto, de los nocheros, que trabajan de noche y duermen de día.

De acuerdo con la BBC Mundo, diferentes investigaciones científicas han determinado que modificar los hábitos en función de un horario laboral poco habitual puede derivar en inconvenientes de salud, como aumento de peso, problemas de azúcar o enfermedades del corazón.

Estos problemas se producen por el efecto de estar despierto “en el momento equivocado del día”, lo que genera un trastorno en el ‘reloj corporal’ del trabajador, que en realidad es un poco más complejo de lo que suena.

Es que según el estudio citado por la BBC, las personas no tienen solo un ‘reloj corporal’, sino un ‘reloj circadiano principal’ y una serie de ‘relojes periféricos’, que es como si cada órgano tuviera su propio reloj, que, al no estar sincronizados con el principal, puede generar inconvenientes.

La clave, de acuerdo con las investigaciones, es intentar mantener todos los ‘relojes’ sincronizados entre ellos, lo que se traduce en tratar de continuar con una rutina lo más normal posible.

Cinco consejos si trabajás en horarios poco habituales:

1 - Comida:

Tratar de comer las mismas comidas a las mismas horas en que lo harías trabajando en un horario normal: el desayuno por la mañana, el almuerzo a mitad del día y una comida a final de la tarde, pero poco a nada durante la noche.

Nuevas investigaciones sugieren que comer durante la noche tiene efectos perjudiciales sobre la salud. Esto se debe a que los niveles de glucosa y grasas en la sangre son más altos a finales de la tarde y por la noche, por lo que ingerir alimentos grasosos y con alto contenido en azúcar en esos momentos puede aumentar estos parámetros hasta niveles peligrosos.

Por lo tanto, es recomendable evitar grandes comidas grasosas durante la noche y, en su lugar, elegir otras más ligeras en la tarde y en la mañana, incluyendo alimentos como verduras, proteínas puras (semillas, nueces y pocas cantidades de carne, pescado o queso sin grasa), fruta y ensaladas.

2 – Ejercicio:

La actividad física tiende a aumentar los niveles de alerta, por lo tanto, de llevarla a cabo, es recomendable hacerlo antes del turno laboral, y no a la salida del trabajo, cuando en realidad estás volviendo a tu casa a dormir.

3 – Sueño:

Es importante contar con el mejor contexto posible para dormir, y al respecto los expertos dicen que la oscuridad es crucial, por lo tanto es clave oscurecer cortinas o persianas, o utilizar una máscara para los ojos mientras duermes.

La luz del sol a comienzos de la mañana tiene un matiz azulado y se vuelve más rojiza hacia el atardecer: la luz azul nos despierta y el brillo anaranjado nos ayuda a dormir. De esta forma, si estás llegando a casa después de un turno nocturno a primeras horas de la mañana, cuando está saliendo el sol, lo ideal es bloquear la luz del sol lo más que puedas. Unas gafas de sol especiales que bloqueen la luz azul pueden ayudar.

4 – Cafeína:

Pueden pasar varias horas hasta que el efecto de la cafeína desaparece, el cual varía de persona a persona, aunque el mejor consejo es evitar tomar este tipo de bebidas justo antes de terminar el turno.

5 – Horas laborables:

De poder elegir, es mejor mantener siempre el mismo turno, es decir, que no sea rotativo. Al mantener el mismo turno a lo largo de las semanas, se podrá limitar las alteraciones y los efectos negativos sobre la salud del trabajo en horarios poco habituales.