La revolución sexual nacida en la década de 1970 abrió numerosas vías a las fantasías y el sexo, en gran parte del mundo, aunque esa apertura entró en crisis, en términos de relaciones sexuales cuyo promedio es cada vez menor con respecto a generaciones anteriores. 

En marzo de este año,  los investigadores estadounidenses Jean Twenge, Ryne Sherman y Brooke Wells publicaron un artículo en la revista académica de sexología Archives of Sexual Behavior en el que demostraban que, en general, los estadounidenses practicaban sexo nueve veces menos a principios de la década de 2010 que a finales de la de 1990.

Un fenómeno que se repite en otras sociedades desarrolladas- en especial de occidente- y que está vinculado directamente con el consumo de pornografía y el uso de las redes sociales. 

Incluso algunos especialistas han llegado a calificar la "adicción al sexo en internet" como un desorden psiquiátrico o una enfermedad mental.

Por otro lado, la pornografía está acusada de proyectar una imagen irreal del sexo, lo que provoca síntomas como la "anorexia sexual" (bajo nivel de interés sexual) o la "disfunción sexual inducida", que impide mantener relaciones íntimas.

Aunque están también quienes sostienen que ver porno  durante al menos 40 minutos dos veces por semana estimula la libido y el deseo sexual. Mientras que aplicaciones como Grindr o Tinder aceleran la vida sexual de muchas personas que de otra manera no accederían a esos encuentros. 

Fuente: BBC