Si decidieron en los últimos meses cargar combustible en las estaciones de la petrolera nacional vieron la promoción para llevarse la pelota de YPF.

Lo que no anuncia una de las mayores empresas del país es que no prioriza darle trabajo a los argentinos, sino que prefiere apoyar el trabajo esclavo y las precarias condiciones de trabajo del sudeste asiático, para ahorrar en su inversión de marketing.

Fernando Fuglini es el dueño de una de las 35 fábricas de pelotas instaladas en la región de Bell Ville, provincia de Córdoba, y en una entrevista con A24 reveló que YPF prefirió importar pelotas desde Pakistán y China por su bajo costo, en lugar de fomentar el trabajo argentino.

“YPF nos pidió cotización, pero no hay manera de competir; ninguna posibilidad. Es la plata que los talleres pagamos a las costureras por coser una pelota”, reconoció sobre los 70 pesos de costo para el producto importado, dinero que equivale en la remuneración de una costurera por cada pelota cocida.