El avión de Malaysia Airlines que fue derribado por un misil en la zona fronteriza entre Ucrania y Rusia, marcó historias increíbles y horrorosas.

Los lugareños debieron lidiar con cientos de cadáveres en las carreteras, los campos y hasta en sus propias casas.

Es el caso de Inna Tipunova, una mujer ucraniana de 60 años que vio cómo entraba el cadáver de un pasajero por su ventana: "Nunca nos imaginamos que íbamos a ver cuerpos humanos cayendo del cielo. Los cadáveres caían como la lluvia".

El cuerpo de la pasajera no fue retirado de la cocina en las siguientes 24 horas, contó Tipunova: "Ella debía ser la madre, hija o hermana de alguien. Quiero saber sobre ella, quién era, su nombre; pero (los investigadores) la llaman 'Número 26'", agregó entre lágrimas al sitio australiano News.

El avión, que fue derribado por un misil cuando atravesaba la zona fronteriza entre Ucrania y Rusia, está siendo objeto de una difícil investigación para determinar las responsabilidades por las casi 300 muertes de los pasajeros que viajaban en él.

Mientras Kiev acusa a los milicianos prorrusos de disparar el misil y al gobierno del Kremlin de colaborar con ellos, Moscú apunta a las autoridades de aeronavegación por permitir a aviones comerciales sobrevolar una zona en conflicto.

La región es escenario, hace meses, de violentos enfrentamientos entre el ejército ucraniano y los separatistas, que buscan dividirse de Ucrania y unirse a Rusia, como ya lo hizo la región de Crimea.