Lo peor es que seguirá lloviendo, según alerta el servicio meteorológico para este miércoles en la región centro del país. En Córdoba, Santa Fe, San Luis, Catamarca y Santiago del Estero, un nuevo temporal dejó más de 5.000 evacuados y autoevacuados.

En Córdoba, hay unas 2.000 personas que debieron abandonar sus casas; Jesús María está aislada porque se cayó el puente Bailey que la une con Ascochinga. La otra vía de acceso, el puente de la ruta nacional 9 que conecta con Sinsacate, que había sido afectado hace dos semanas, volvió a cerrarse.

El ministro de Acción Social provincial, Daniel Passerini, reconoció: “Estamos complicados con este desastre meteorológico que estamos teniendo. Lamentablemente todos los pronósticos (de lluvia) se están cumpliendo". Y advirtió: "Hemos tenido lluvias en lugares que no venían afectados, y esto agravó la situación y, en otros lugares donde no había habido inconvenientes, la situación está complicada".

El gobernador José Manuel de la Sota brindó un mensaje a la población en la noche del martes, en el que definió el temporal como "la mayor catástrofe climática de los últimos 50 años".

Las lluvias comenzaron hace dos semanas en las sierras chicas, al norte de la capital provincial, donde murieron ocho personas y hubo destrucción de viviendas.

En Santa Fe, el centro de la ciudad, se suspendieron las clases y algunas actividades públicas. En tanto, el transporte urbano, a mitad de camino y sin directivas claras, fue un caos hasta que se reordenó. El temporal se inició alrededor de la 1 con una fuerte actividad eléctrica y abundante caída de agua, y pasadas las 8 el registro de lluvia caída ya superaba los 70 milímetros. Y por la noche del martes, algunos comercios céntricos denunciaron intentos de saqueos.

En Catamarca, alrededor de 600 personas debieron ser evacuadas, según las autoridades del Comité Operativo de Emergencia (COE), por lo crítico de la situación. La localidad más afectada es Bañado de Ovanta, a unos 150 kilómetros al este de la capital, donde se debieron alojar a vecinos en escuelas, iglesias y clubes deportivos.

En San Luis se evacuaron a unos 400 puntanos y hay casi 1.500 damnificados, entre autoevacuados y personas impedidas de regresar a sus hogares.

En Santiago del Estero, también se inundó el casco céntrico y quedó interrumpido el transporte público y las clases, al menos hasta el jueves. Los evacuados son apenas 100 pero los daños materiales, incalculables aún debido a los 150 milímetros de agua caída en las últimas horas.