Un informe técnico que emitió el Sistema Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) el 5 de diciembre alertaba sobre el peligro de incendios en la región pampeana pero no hubo prevención alguna. 

Cuatro días antes de que una tormenta de rayos iniciara más de 20 focos de fuego en La Pampa, hubo una alerta entre el 26 y el 29 de diciembre, un día antes de que crecieran los incendios en La Adela. 

Regía para el sur de Buenos Aires, La Pampa, el este de Río Negro y el nordeste de Chubut. "Durante el período de vigencia de este informe se mantendrán muy elevadas las condiciones de peligro", anticipaba el documento temperaturas altas, poca humedad y viento intenso del Norte. "Dados los valores alcanzados por los indicadores de humedad, el combustible grueso y el suelo orgánico, podrían esperarse fuegos con rescoldo que den lugar a rebrotes."

Otra alerta del 29 de diciembre alcanzó el centro y sur de Buenos Aires, La Pampa, Mendoza, el este de Río Negro y el nordeste de Chubut. "Se mantendrán muy elevadas las condiciones de peligro", advertía. Al día siguiente, la tormenta de rayos desató el fuego más allá de La Pampa, entre el sur bonaerense y Río Negro.

Cabe destacar que las autoridades del Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios insistieron en la falta de coordinación para responder a las emergencias. Es más, en un comunicado, definieron los incendios forestales del país como "una suma de tragedias previsibles". El sistema lo integran más de 43.000 personas que pueden intervenir en una emergencia, pero a pedido de las autoridades del área afectada.

"Una vez más, como cada vez que ocurre un gran incendio, una inundación o un siniestro de gran envergadura, nos pusimos a disposición de las autoridades nacionales y de las provincias afectadas porque la ley dice que la emergencia la maneja el Plan Nacional de Manejo del Fuego", indicó Carlos Ferlise, presidente del Consejo Nacional de Federaciones de Bomberos Voluntarios de la República Argentina.