Hoy Cody Harman es un hombre feliz que disfruta de su cuerpo pero el camino hacia esa transformación fue largo y con altibajos. Así lo cuenta a News Dog Media y rememora cuando se casó a los 23 años en un diminuto vestido de novia todavía "muy asustada" para reconocerse como transgénero. 

Hoy a los 30 años disfruta de su nueva vida en California, Estados Unidos. "Yo sabía que no estaba haciendo lo correcto cuando me casaba pero no sabía cómo decirlo. Ahora soy mucho más feliz de lo que jamás imaginé viviendo como un hombre", planteó Cody. 

"No puedo creer lo diferente que me siento ahora mental y físicamente. Siempre me interesó el fitness pero ahora tengo el cuerpo que siempre quise", señaló Cody que admite que a muchas personas le cuesta reconocer en él a la que era antes. 

"Ver cambiar mi cuerpo durante la pubertad fue difícil", recuerda este joven: "Lo odié y yo solo quería ser un chico más. Fui afortunada en ese momento que era pequeña y no tenía demasiadas curvas. También sabía que me gustaban las mujeres pero como mis padres eran muy religiosos me hicieron creer que eso era un pecado". 

Cuando finalmente tomó la decisión de dar un cambio radical en su vida, Cody se divorció y en 2014 se sometió a una mastectomía y empezó a tomar hormonas masculinas acompañada por médicos y apoyo psicológico. 

Luego se removió el útero y empezó a entrenar cada vez más duro hasta volcarse definitivamente hacia el físicoculturismo. En diciembre de 2016, Cody logró competir por primera vez en una competencia transgénero y obtener un premio. 

Este año planea poder operarse y obtener un pene para así lograr llevar en el cuerpo su verdadera identidad. 

Vía: New York Post