Amelia Bannan tiene el rostro de una luchadora que con tan solo 34 años y después de quedar en coma tras un accidente de tránsito pudo finalmente conocer a su bebé: Santino. 

El pequeño nació el pasado 24 de diciembre y recién el último 8 de abril su mamá pudo verlo, tocarlo y besarlo. La traumática experiencia se inició cuando el 1 de noviembre de 2016 la mujer tuvo un mal presentimiento mientras trabajaba como policía en la localidad misionera de San Pedro. 

Amelia estaba embarazada de seis meses en ese momento y se resistió a viajar en un vehículo: "No viajemos, si subimos a ese auto será solo para volcar". Sin embargo, sus compañeros de trabajo la convencieron, se subió y luego terminaron chocando. Bannan sufrió una grave lesión cerebral pero el bebé seguía a salvo. 

Después del nacimiento de Santino, le hicieron una cesárea de urgencia cuando notaron que la mujer tenía contracciones, la familia esperaba con ansias que Amelia abriera los ojos. Finalmente después de este "primer milagro", de hablarle y acercarle al bebé, Amelia un día abrió los ojos y volvió a comunicarse. 

Los médicos aseguran que la joven mujer mejora con rapidez y que ya está empezando a poder armar frases más elaboradas. Aunque todavía se la considera una paciente de riesgo dada su débil condición. 

Al principio Amelia no reconoció que Santino era su hijo y creyó que se trataba de un sobrino. "Recuerda cada vez más cosas de su infancia, pero no el embarazo", señaló su hermano que la acompaña en todo momento y destacó: "Tenemos esperanza y queremos transmitirla a los que atraviesan una situación similar. Ya vimos que los milagros son posibles, nunca hay que bajar los brazos".