Desde la cárcel de Ezeiza, el portero Jorge Mangeri dio su versión sobre la investigación en la que se lo acusó por el crimen de la adolescente Ángeles Rawson. 

"La sentencia fue lo mejor para todos, menos para mí", ironizó Mangeri en diálogo con Infobae y volvió a insistir sobre su inocencia y señaló: "No soy un asesino. No soy un violador. Cuando ocurrió este aberrante crimen tenía 46 años de buenas costumbres, jamás tuve un problema con la ley, no cometí un delito ni pisé una comisaría. El único problema que tuve fue una infracción de tránsito. No haré una apología de 46 años de buenas costumbres, de mi familia, de los 11 años que viví en ese edificio, simplemente quiero dar detalles de lo que pasó". 

Por otro lado, desmintió haberse declarado culpable del crimen: "Eso es una mentira. De todas las situaciones ilegales dentro de la fiscalía –que en ese momento no lo sabía, ya que no conocía lo que era una fiscalía– hice lo que me dijeron que haga. Eso fue una. Me empecé a dar cuenta de las irregularidades que hubo esa noche, hay que contarlo en algún momento".

Y agregó: "El ADN lo plantaron. El servicio de huellas digitales genético de la Nación hizo las cosas mal y se comprobó en el juicio. Si sólo digo eso, la gente dirá que estoy loco. Estuve (consta en la foja 501) con la fiscal María Paula Asaro y me imputó por un delito. Me quedé desde las 12 de la noche hasta las 5 y media de la madrugada que quedé detenido ilegalmente. Está en la causa. En ese período, fui sometido por el subcomisario de homicidios de la PFA, Martín de Cristóbal, a cobardes amedrentamientos dentro de la fiscalía, apretándome, torturándome psicológicamente durante dos horas."

Mangeri aseguró que el subcomisario le instó a que se declarara culpable: "Que yo me tenía que ¨hacer cargo¨, que la había matado, que la había violado, que si no me declaraba culpable mi esposa sería detenida porque había mentido. Me habló mal de la víctima. Me decía que quizá era una provocadora: ¨Yo sé cómo son las chicas, son calientapava¨ y ¨decí que fue un accidente¨ porque ¨se te fue la mano¨. Me decía que dijera que le pegué una piña."

"Yo era un testigo, no estaba imputado todavía. Si era testigo, no tenían por qué allanarme la casa a las nueve de la noche. Violaron todas las garantías y derechos constitucionales. Ahí me di cuenta de que la fiscal era parte de ese juego perverso. Que el asesino era yo y el delito me lo tenían que poner a mí. Estaba todo armado desde la fiscalía, para que saliera esa noche como responsable del hecho. Cualquier cosa que hubiese dicho esa noche les venía bien para imputarme del crimen.", señaló Mangeri. 

Sobre las fotos que circularon de Mangeri vestido de mujer, el portero agregó: "Como no cierra nada, instalaron que era un pervertido. Cuando detienen a alguien, sale que tiene antecedentes; como no tenía nada, había que inventar algo. Un pseudoperiodista llegó a decir que golpeaba a mi esposa."

También se refirió a Sergio Opatowski, padrastro de la víctima: "Yo era un empleado del edificio, estaba parado de las cinco de la tarde a las ocho de la noche, turno tarde, una relación que entraba y nos saludábamos. No hay relación íntima con los propietarios más allá de que me contaban cuando se iban de vacaciones para que me fijara por el departamento. En un momento me dieron las llaves, les daba de comer a los gatos. A veces venía la desinfección y entrábamos al departamento". 

Otro de los focos que resaltó Mangeri fue la relación entre Opatowski y el Sergio Berni, ex secretario de Seguridad de ese momento:  "Berni les alquiló un hotel a la familia por 15 días. Perfecto que lo haga, pero ¿cuántos casos iguales hubo? ¿Le dieron esa posibilidad a la madre de Melina? ¿En cuántos casos así intervino Sergio Berni? ¿Por qué en este caso sí y en los otros 350 casos no actuó de la misma manera?". Además estableció conexiones con "La intromisión del Poder Ejecutivo en mi causa es similar al asesinato de Nisman". 

Sobre la relación con su abogado,  Miguel Ángel Pierri, Mangeri señaló que no le "pagó ni un peso" y que en el caso del programa en el se viralizó que él era el culpable: "Pierri era íntimo amigo de Leo Rosenwasser. No sé si está armado. Lo fundamental es lo que dijo el hijo de Pierri. Dijo: ¨Boludo, la mató él¨; eso fue porque los medios, la policía, los jueces y la fiscal decían eso."

Y señaló: "En su momento a Pierri le servía utilizarme a mí. Pero vinieron un millón de abogados a verme. Hubo uno -se refiere a Juan José Ferrari- que habló con mi esposa que ya sabía que estaba implicada la política y la policía en mi causa. En ese momento, pensé que estaba loco. Tenía razón."

Por otro lado, Mangeri señaló que en el juicio la madre de Ángeles Rawson y Opatowski  mintieron sobre sus heridas. E insistió con que "Habría que revisar primero el informe de la autopsia. Hay algo que nunca se dijo y que nadie quiere contar pero que está."; "El subcomisario Ricardo Yuri hace mención a ese hecho. No lo voy a decir yo. Algo que tiene que ver con la revisión del cuerpo, la anatomía de la nena, todo el mundo sabe, no es fácil."

"Acá adentro tengo prohibido hablar con los medios. Tuve una sola llamada a través de Pierri, que me pidió que hablara cinco minutos con un pseudoperiodista –se trata de Mauro Viale- por amiguismo, negocio o dinero me obligó el doctor a hablar con él", planteó Mangeri que ahora concedió una entrevista a Infobae. 

Y señaló "Esto tiene que ver con la libertad. Yo quiero hablar. Quiero hablar sobre las irregularidades y pruebas concretas, todo esto que les pasé en el informe, se sigue haciendo en la Argentina. Hay peritos que plantan pruebas. El verdadero estado de derecho no existe en este país. Es una mentira."