El ataque sucedió el sábado pasado por la mañana, cuando tres jóvenes -una pareja y un amigo- esperaban el colectivo a metros de la famosa esquina del Teatro Vorterix. Fueron alrededor de ocho los agresores que, al ver una caricia en el pelo, comenzaron a insultarlos y a amenazarlos, porque en su cuadra no tolerarían este comportamiento, un simple y mínimo gesto de amor.

“Hoy por la mañana esperaba junto a mi pareja y un amigo en la esquina de Federico Lacroze y Delgado. Un grupo de 8 tipos cruzó la calle a decirnos que en 5 segundos desaparezcamos, 'putos'. Aparentemente hubo insultos previos porque yo le acariciaba el pelo. Mi amigo los escuchó, yo no”, escribió Germán Tosto una de las víctimas en su muro de Facebook.

Ante por lo menos quince personas que solo miraba sin hacer nada, los "dueños de la calle" molieron a palos a los enamorados: “Siguió otra amenaza, otro insulto. Uno dijo que no iba a permitir que se toquen dos tipos en su cuadra. Tras eso una piña en la mandíbula y otra y la hebilla del cinturón de otro en las costillas y en el brazo. Salvo por un señor que se puso al lado de Mateo para que no lo buscarán a él, las personas presentes (al menos 15) no hicieron nada. Llamé yo al 911 mientras nos seguían mirando desde la esquina de 'su cuadra' (una cuadra de hijos de puta heteronormativos, violentos, retrógrados, impunes, educados en lo más nauseabundo que tenemos como sociedad)”, relató.

"'Tómensela de acá, PUTOS', fue lo que escuché segundos después de visualizarle la cara al capo mayor, el que encabezaba la fila de retrógrados y enfermos intolerantes, producto del proceso más asqueroso que esta sociedad nos ha regalado a cambio del silencio", contó otra de las víctimas, Matías Goyoaga.

"Tres somos las víctimas del desorden mental, de la intolerancia y de una sociedad machista limitada. Tres fuimos agredidos y amenazados a plena luz del día, en Federico Lacroze y Delgado, a la vista de todos los que prefirieron ser espectadores y no involucrarse en un tema que nos toca a todos como sociedad. Tres víctimas que la justicia, por su carencia de lógica y el exceso de mierda, redujo a una. Sí, solo Germán, mi amigo, al que cagaron a trompadas enfrente de mí, fue considerado víctima, porque lo que valen son los golpes y cuando hay solo golpes, lo que vale es el asesinato y cuando hay asesinato, no valés nada", agregó Goyoaga.

"'Yo tengo dos amigos como vos, son buena gente', dijo el subteniente -qué suerte que compensamos el ser putos con ser buenos; el informe médico legal hay que hacerlo en Azopardo 670 y tras hacer el viaje para lograr la difícil tarea de que haya alguna huella de lo ocurrido, me dicen que no hay médicos hasta el lunes (léase, procuren hacerse cagar a trompadas durante la semana). De yapa, el comentario muy esperanzador del subteniente: 'están demorados, pero por simples lesiones el juez los suelta y yo no puedo hacer nada' (en la semana y que corra sangre en serio entonces)", detalló Tosto, para vergüenza de las autoridades policiales.