Nicolás Alessio y Andrés Gioeni, dos exsacerdotes –el primero fue separado y el segundo renunció–, enviaron una carta en la que reclaman a la Iglesia "un informe reconociendo las bondades y alcances de la promulgación de la ley de matrimonio igualitario y lo positivo que fue para toda la sociedad argentina".

En 2013, Alessio fue sancionado por el Vaticano y separado de la Iglesia después de 30 años de sacerdocio, por opinar a favor del matrimonio igualitario, contrariando así al Arzobispado.

Gioeni, por su parte, dejó el sacerdocio en 2001, cuando reconoció públicamente su homosexualidad. En 2013 le envió una carta personal al papa Francisco instándolo a adecuar los principios de la Iglesia Católica "a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo".

Ahora, ambos señalan que "este informe puede tener repercusiones a nivel mundial, puede revertir la oleada de legislaciones que están atentando contra la libertad y la vida de muchas personas en diversos países (Uganda, Nigeria, Egipto por nombrar sólo algunos) y denunciar la injusticia de semejantes leyes que impiden la expresión del ser humano".