Una empleada de la sede central del Registro Civil, sito en Uruguay 753, ingresó al baño de mujeres del sexto piso cuando vio una luz que salía de un agujero del techo. Preocupada, la empleada llamó a una compañera y entre las dos hicieron un esfuerzo para descubrir qué había detrás. Descubrieron una cámara de video.

Esa escena tuvo lugar durante el mediodía del lunes 15 de junio de 2015. Adrián Alberto Gargiulo, que se desempeña como casero del Registro Civil, era uno de los sospechosos. Pero la Procuración General de la Ciudad y la Justicia porteña, confirmó que semanas atrás rechazó la medida cautelar del acusado contra la resolución del Gobierno de separarlo de su puesto.

Se conectó el aparato a una computadora del Registro y comenzaron a visualizar el material que había en la tarjeta de memoria, una SD de 2 Gigas. En un tramo de la grabación, vieron dedos de hombres que parecían acomodar el dispositivo. Después apareció una figura masculina. No se veía su cara, pero sí su vestimenta.

El hombre, que continúa negando su responsabilidad y fue despedido de su labor, pidió a la Justicia porteña "la suspensión de la cesantía decretada y sus ulterioridades, que se le restituya inmediatamente al empleo, funciones y modalidades (…) y el pago de una indemnización sustitutiva equivalente a los salarios de la categoría en la que revistaba no percibidos durante la suspensión preventiva".

Fuente: Infobae.