Los sacerdotes de la pastoral en las villas de emergencias porteñas y bonaerenses advirtieron en un documento que al sacerdote tucumano Juan Viroche lo mató "la mafia" del narcotráfico, que "él denunció y por la cual fue amenazado". 

Los "curas villeros" de la región metropolitana de Buenos Aires coincidieron con la investigación que lleva adelante el abogado Mario Baudry del nuncio apostólico Emil Paul Tscherrig y que señala un "homicidio", a pesar de que varias fuentes oficiales y la prensa local habla de "suicidio".

Los religiosos afirmaron que "la mafia es como una mancha de aceite que lo invade todo, no hay institución a la que no pueda alcanzar. Y le seduce todo lo que de alguna manera detente poder", según el documento difundido por la agencia de noticias DyN.

La declaración lleva las firmas de los sacerdotes José María Di Paola (Villa La Carcova, partido bonaerense San Martín), responsable episcopal de la Comisión Nacional de Drogadependencia; Gustavo Carrara (Villa 1-11-14, barrio porteño de Flores); Lorenzo "Toto" de Vedia (Villa 21-24 y Zavaleta, Barracas); Guillermo Torre (Villa 31 de Retiro); y otros cuarenta sacerdotes que trabajan pastoralmente en asentamientos porteños y bonaerenses.

El último sábado en el programa Séptimo Día, Baudry reveló en Radio 10 que Viroche estaba a punto de realizar una denuncia "de prostitución infantil justo el día siguiente al que lo mataron". Sus pruebas describían cómo la policía y el poder político actuaban de manera conjunta para avalar la trata de niñas, y el negocio de la prostitución en rutas tucumanas.

El investigador que responde al Vaticano aclaró que entre los peritajes, la policía no realizó videos de la escena del crimen y apenas aportó diez fotografías que no alcanzan para reconstruir los hechos.