Por estos días, vemos cada vez más cabezas agachadas por la calle y miradas clavadas en los dispositivos móviles. Hasta los funcionarios parecen respetar la línea de fanatismo repentino por los pokemones, que sospechosamente, muestran una cercana relación con los recursos de la administración porteña.  

Para el macrismo se volvió una política de estado,y tanto fue así que hasta las cuentas oficiales aprovecharon la mediatización de Pokémon Go en las redes. Entre los usuarios indignados estaba el panelista de Intratables, que no le perdonó el intento de mostrarse como un hombre de familia a Dietrich.