María Eugenia Vidal inauguró el año legislativo en la Provincia de Buenos Aires. La gobernadora en su discurso inaugural expresó: “La tarea no está siendo fácil, pero tenemos la certeza de que se puede”.

Vidal, al igual que Mauricio Macri, criticó la herencia recibida, y dijo "empezamos a ordenar las cuentas de una provincia quebrada", y también manifestó que “la provincia no resiste más improvisaciones”.

A su vez, y un poco contradictorio con lo descripto previamente declaró: “este no es un tiempo de revancha, es un tiempo de crecimiento y no vamos a superar nuestros problemas buscando culpables, sino uniéndonos y trabajando juntos”.

Vidal también agradeció al Presidente: “por creer en el valor del equipo, por acompañarnos siempre, especialmente cuando lo hemos necesitado”.

El discurso de Vidal se extendió por una hora y cerró con una frase que también choca con su declaración de que no es tiempo de revancha ni de buscar culpables, y sin mencionar ni un solo logro de la gestión anterior: “Tenemos la responsabilidad de terminar con años de atraso de la provincia”.