En agosto de 1991, Franco Macri era anoticiado de la infausta noticia: su hijo Mauricio era secuestrado. Muchas cosas cruzaron por la cabeza del patriarca de uno de los grupos empresarios más poderosos de la Argentina.

Entre las sospechas del padre aparecía una que tenía su origen en negocios en común y desavenencias con Donald Trump: que el magnate norteamericano estaba detrás del secuestro.

En base a documentos judiciales, periodísticos y entrevistas con algunos protagonistas de aquel suceso, la periodista Natasha Niebieskikwiat logró reconstruirlos en el libro ‘El secuestro’, dando cuenta de las sospechas del jefe de familia.

“El patriarca entró en la paranoia de que quien había orquestado el secuestro de su hijo había sido Donald Trump. El magnate lo había expulsado de Manhattan, donde Franco había intentado meterse en negocios inmobiliarios”, dice textualmente el libro.

En efecto, los Macri y Trump venían tratándose desde fines de los 70, con proyectos inmobiliarios en los que se suponía eran socios. Pero casi una década más tarde, los proyectos de los empresario argentinos se derrumbaron: el megaemprendimiento no se pudo hacer y los Macri se vieron obligados a cedérselo a Trump por 117 millones de dólares, una suma irrisoria para la época.

Finalmente se supo que los secuestradores habían sido la denominada “banda de los comisarios”, integrada por oficiales de la Federal terminaron condenados y exonerados de la fuerza.