Otra vez, con el objetivo de descargar el déficit en los contribuyentes, o sea, el pueblo, el Gobierno reducirá los subsidios en las tarifas de los servicios públicos, este año.

La mayor sorpresa puede venir por el lado del transporte donde el gasto por subsidios está en ascenso y representó $36.000 millones en el primer semestre, con un aumento del 18% con relación a igual período de 2016. Sin embargo, el efecto negativo que acompaña a una suba en los boletos de trenes y colectivos, permite suponer que este ajuste se va a seguir demorando hasta después de octubre, y recién se aplicaría en los primeros meses de 2018, informó la periodista de Ámvito Financiero, Silvia Peco. 

Para el resto de las tarifas, la mayoría de los aumentos ya están pautados con fecha y porcentajes a aplicar, pero también es cierto que un resultado adverso en las PASO podría haber obligado a un cambio en lo programado. Ahora, es más seguro que se terminen aplicando.

A partir del 1 de diciembre, está previsto otro incremento en las tarifas de gas para transporte y distribución, que tienen una incidencia del 40% en la factura sin impuestos. Este aumento será por actualización de la suba de abril según el índice de precios mayoristas (IPIM, nivel general), a lo que debe sumarse la segunda fase de la llamada revisión tarifaria integral.

Por este procedimiento, la suba prevista para el período quinquenal 2017 -2022, se aplica en tres etapas: la primera fue en abril pasado y significó un 30% del total aprobado, la segunda será en diciembre con un 40% y la tercera será en abril con otro 30%.

De este modo, entre el impacto de precios mayoristas y la segunda etapa de la revisión tarifaria, en diciembre las tarifas de gas aumentarían entre un 20 y un 30% que se adicionará al alza del valor del gas.

Con relación a la electricidad, el precio estacional o mayorista que el gobierno fija para todo el país, puede incrementarse dos veces en el año. Como la última vez que se actualizó fue en marzo, podría volver a subir en octubre, pero Aranguren ya expuso algunas dudas sobre un segundo incremento y dijo que dependerá de la situación general. De hecho, en 2016 hubo un solo aumento en el precio mayorista de la energía.

Pero si se pone mucho énfasis en reducir el déficit fiscal, puede pensarse que el precio estacional actual que promedio $640 por megavatio/hora, representa sólo el 46% de lo que el gobierno estima que debe pagarse la energía a las generadoras, para no tener que subsidiarles por ejemplo los combustibles líquidos en invierno.

Además de ese ajuste, por ahora en duda, lo que ya está pautado es que las distribuidoras Edenor y Edesur tendrán una nueva adecuación de sus márgenes a partir del 1 de noviembre para trasladar al público la segunda etapa de la revisión tarifaria integral. En la primera fase se aplicó el 42% de la suba (febrero de este año), y el resto se repartirá entre noviembre y febrero.

A estos aumentos, hay que sumarles un nuevo ajuste en las naftas previsto para octubre, con todo lo cual es dudoso que los índices de inflación se mantengan contenidos, aunque esto es también otra prioridad para el gobierno en esta etapa.