Sergio Urribarri salió rápido del entremés que fue el acto del 25 de mayo en la embajada de Israel, donde ya había presentado su renuncia. La respuesta sobre los tiempos burocráticos de la administración pública más los tiempos personales para cambiar de país, fue una respuesta satisfactoria para un episodio de tono menor.

Pero cuando los periodistas fueron más a fondo con las causas en las cuales Urribarri fue condenado en primera instancia -que apelará- las respuestas no fueron tan firmes, los argumentos menos convincentes, y el reclamo de lawfare provincial sonó a excusa poco clara.