Según informa el portal "Primera Edición", el insólito hecho los sufre una familia radicada en la provincia de Misiones, cerca de Aristóbulo del Valle, donde Carlos Bock pudo comprar un automóvil Corsa modelo 2015 gracias a la herencia que le dejó su madre. 

Con ayuda de un amigo mecánico lograron adaptar el vehículo para que pudiera usarlo, ya que posee dificultades para manejar sus piernas desde que era muy pequeño (tuvo parálisis a los dos años). 

Don Carlos tiene una esposa y tres hijos, dos nenes de nueve y cinco años, y una beba de siete meses. Dentro de su casa se mueve en silla de ruedas y usa muletas para caminar trechos cortos y poder así alcanzar el auto. 

Para ir hacia Aristóbulo tiene seis kilómetros de camino de tierra, intransitable en días de lluvia y más de 20 para llegar a destino. 
Hace unos cinco meses se subió al “corsita” y se dirigió a cobrar su pensión.

Al llegar notó que no había fondos en su cuenta, faltaban los 3.400 pesos de la pensión graciable y también las asignaciones que cobraba por sus hijos con las que llegaba a completar 5.000 pesos. Fue hasta el Centro Integrador Comunitario (CIC) del pueblo, bajó dificultosamente y preguntó qué había pasado con sus haberes. Le respondieron que el beneficio estaba suspendido por “patrimonio incompatible”. 

“Usted qué tiene a su nombre”, le preguntaron y él respondió:  “Tengo un Corsa 2015”.

 - “Ah es por eso, porque un discapacitado que cobra pensión puede tener un auto viejo pero no un auto más nuevo”, le dijeron, según el relato de Bock, en contacto con PRIMERA EDICIÓN.