Viviana quiere sangre y es capaz de cualquier cosa para hacerlo. Ya lo ha demostrado en más de una oportunidad reproduciendo fake news sin el más mínimo chequeo con tal de perjudicar al kirchnerismo que antes idolatraba y ahora tanto detesta. 

Por eso a la hora de poner paños fríos en el enfrentamiento entre los candidatos del macrismo tal vez no era la mejor tribuna.

Larreta lucía calmado y Viviana no sabía por donde agarrarlo. En definitiva fue un programa que no conformó absolutamente a nadie, ni a los partidarios de Larreta ni a los seguidores de la experiodista de espectáculos que necesitan ver rodar algunas cabezas.