Tras el acto encabezado por el Presidente para anunciar los cambios en las políticas respecto de la seguridad interior, y de los nuevos "desafíos" que pretenden incluir a las fuerzas armadas en las calles con la excusa de combatir el narcotráfico, el grito se unificó en las redes en relación a la grave falta democrática que representa la decisión.

No solo se trata de una política impuesta de manera dictatorial -mediante decretos que gambetean la discusión en el Congreso- sino que la preocupación se extiende al contexto de ajuste que inició el Gobierno, en su afán de corresponder los pedidos del Fondo Monetario Internacional.

Este otorgamiento de poder a los militares, una función que les fue prohibida tras casi un siglo de complicidad golpista, de genocidio y represión, enciende las alarmas de los espacios que defienden los derechos humanos.